Es un principio básico de la Economía que todo monopolio creado por ley se traduce en explotación al consumidor, desincentivo a la inversión, y caída en la calidad del servicio.
Esto lo vemos en el caso de Acueductos y Alcantarillados (AyA) que pretende un aumento del 24% en las tarifas de agua. Esto es un abuso dado que no corresponde con los incrementos de la inflación. Por otra parte, más del 51% del agua potable se desperdicia.
En el caso de la Refinadora Costarricense de Petróleo (Recope), esta quiere trasladarle al consumidor los robos que sufre en los más de 350 tomas ilegales que se han encontrado. Los robos suman unos ₡6.000 millones en los últimos años.
Si hubiera libre competencia, esto no podría suceder. La libre competencia se encarga de castigar a la empresa que desperdicia o a la que se deja robar. La libre competencia premia a las empresas que hacen buen uso de los recursos.