Debemos poner a la Caja Costarricense de Seguro Social (CCSS) a competir.

José Joaquín Fernández Libertad económica

Por: José Joaquín Fernández.

La Caja Costarricense de Seguro Social (CCSS) maneja un presupuesto enorme que equivale al 10% de toda la producción nacional y sus ingresos crecieron, en términos reales, 6,7% entre el 2003 y el 2012. Sin embargo, las listas de espera ascienden a cientos de miles de pacientes y el promedio de espera era de 307 días en el 2012. ¿Cómo es esto posible? Durante los últimos años la planilla ha crecido en más de 10 mil plazas pero los usuarios no vieron mejoría en atención médica. ¿Tiene solución la CCSS?

La CCSS en una empresa que maneja seguros médicos, pensiones y hospitales. No es una empresa privada sino gubernamental, es decir, administrada no por empresarios sino por burócratas y políticos. Además, la CCSS opera bajo condiciones de privilegio que le otorga la ley. En otras palabras, la CCSS se administra bajo los principios de la planificación central. ¡Esta es la razón de su ineficiencia! En un error creer que un sistema de planificación central puede brindar servicios más baratos y de mejor calidad que un sistema de libre competencia. La CCSS es tan cara, que las cargas sociales representan más de un 30% de la planilla, lo que equivale a 4 meses del año trabajando sólo para pagarle a este elefante blanco.

La única manera de lograr un uso eficiente de los recursos de la CCSS es ponerla a competir, es decir, romper la obligatoriedad de la cotización y someter el mercado de seguros médicos a la más dura competencia. Así como la competencia trajo beneficios a la industria de las telecomunicaciones, también lo hará a la CCSS. Si esta es una empresa eficiente, la CCSS no temerá que se le rompa la obligatoriedad de cotizar y que otras empresas privadas ofrezcan seguros médicos en igualdad de condiciones. La CCSS deberá limitarse, eventualmente, a cubrir el costo del seguro médico a personas vulnerables socialmente como indigentes y huérfanos. Lo anterior bien puede cubrirse con impuestos regulares.

No solo los seguros médicos deben someterse a la competencia. También deben hacerlo los hospitales y clínicas del Gobierno. Veamos el caso del Instituto Nacional de Seguros (INS) que no es ni propietario ni administrador de talleres de vehículos. El INS se limita a pagar la reparación a los talleres respectivos. De igual manera, no es necesario que la CCSS administre hospitales, ni clínicas. Lo importante es que la CCSS pague los servicios médicos a cualquier hospital o clínica privada. Para eliminar la lista de espera de la noche a la mañana, propongo que toda persona que cotice a la CCSS pueda ser atendido en cualquier hospital o clínica privada y que la CCSS cubra el costo de la atención médica. Al final de cuentas, ¿cuál es la diferencia que la CCSS le transfiera los recursos a un hospital gubernamental o a uno privado? Así como los Equipos Básicos de Atención Integral en Salud (Ebais) fueron sometidos a licitación, lo mismo debe hacerse con los hospitales y clínicas gubernamentales en una primera etapa. Eventualmente, y una vez desarrollado el mercado de los seguros médicos producto de la más dura competencia, tanto los Ebais como las clínicas gubernamentales podrían someterse a privatización.

En fin, la solución a la mala atención médica de la CCSS no está en reformas a la planificación central, sino en introducir elementos de competencia y libertad económica al sistema.
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Publicado el 12/ENE/2015 en el diario La Prensa Libre (Costa Rica)