La experiencia de la década de 1980 nos enseña que endeudar al país para evitar tomar las medidas correctivas en el gasto público es la receta perfecta para la crisis.
Recientemente el presidente de la República Rodrigo Chaves manifestó: “Si a nosotros se nos viene una crisis como la que vivió el país en 1980, en las circunstancias en las que estamos, porque no sabemos manejar nuestra macroeconomía, yo no le garantizo a nadie que nuestros hijos van a tener democracia”. El objetivo de estas declaraciones es presionar a los diputados a que aprueben una nueva emisión de eurobonos.
Por otra parte, durante los actos de la celebración de la anexión del Partido de Nicoya a Costa Rica, el presidente Chaves les exigió a los diputados aprobar el endeudamiento en eurobonos. “Háganlo patriótico, diputadas y diputados, aprueben los eurobonos;” afirmó Chaves.
No veo como endeudar al país con el objetivo de continuar el financiamiento de la piñata fiscal puede ser patriótico. Por el contrario, seguir la ruta del endeudamiento sería antipatriótico e irresponsable.
Costa Rica experimentó una crisis económica sin precedentes a inicios de la década de 1980. El presidente de la República era Rodrigo Carazo y el país enfrentaba, entre otras cosas, un gasto público insostenible. Era necesario recortarlo. Sin embargo, en vez de reducir el gasto público, Carazo optó por endeudar al país para seguir financiando la piñata fiscal. La deuda externa pasó de unos US$800 millones en 1977, a unos US$3 mil millones para 1982. Cuando el gobierno de Rodrigo Carazo tuvo que honrar el pago de la deuda, no lo pudo hacer y la crisis estalló. No había dinero en el erario para pagar debido la gran piñata fiscal que existía en ese momento y que Carazo no hizo nada para corregir.
La experiencia de la década de 1980 nos enseña que endeudar al país para evitar tomar las medidas correctivas en el gasto público es la receta perfecta para la crisis. En este sentido, el presidente Chaves se contradice. Saber manejar la macroeconomía no consiste en seguir endeudando al país sino en recortar el gasto.
La propuesta de Rodrigo Chaves es igual que la de Rodrigo Carazo: endeudar al país. Tengamos en mente que el proyecto de ley original que el Poder Ejecutivo envió a la Asamblea Legislativa consiste en permitir un nuevo endeudamiento por US$14 mil millones. Así consta en el proyecto de ley 23.036 bajo el nombre “Autorización para emitir títulos valores en el mercado internacional y contratar líneas de crédito”.
Nunca en la historia un presidente de la República había solicitado un nivel de endeudamiento de tal magnitud. Ni el PLN, ni el PAC, ni el PUSC. Esto no puede ser aplaudido. En Economía se enseña que todo endeudamiento no es más que la postergación de nuevos impuestos. ¿De dónde creen Uds que saldrá el dinero para pagar la deuda?
En estos momentos en que las tasas de interés están subiendo alarmantemente en todo el mundo, es absurdo el argumento del Poder Ejecutivo que el objetivo es sustituir deuda cara por deuda barata. Sin embargo, aunque fuera cierto que se pudiera sustituir deuda cara por una más barata, no podemos seguir por la ruta empobrecedora del endeudamiento. Lo correcto, la bronca, es reducir el gasto público y bajar los niveles de endeudamiento que tiene el gobierno.
Recientemente la Comisión de Asuntos Económicos de la Asamblea Legislativa aprobó un texto que sustituye al proyecto de ley enviado por el presidente Chaves. En este proyecto, el crédito se reduce de US$14 mil millones a US$6 mil millones en cuatro tractos anuales de US$1 500 millones cada uno.
Al igual que Rodrigo Carazo, Rodrigo Chaves no tiene ninguna propuesta para reducir el gasto público como porcentaje del PIB. Prueba de ello es que el proyecto de ley de presupuesto para el 2023 crece con relación al presupuesto del 2022.
La señal que da este gobierno es clara: endeudar al país para continuar con el excesivo y abuso gasto público. Recordemos que el presidente Chaves ya firmó un decreto para reinterpretar la regla fiscal y poder gastar más. Además, está presionando a los diputados para que le permita descongelar plazas y aumentar la burocracia. Esto tampoco está bien ni contribuye al bienestar del país.
Si el Poder Ejecutivo tuviera intenciones de construir una ruta de recorte del gasto público, los eurobonos se vuelven innecesarios. ¡Así de simple! Aprobar los eurobonos es como darle licor a un alcohólico para que este deje el vicio.
Costa Rica tiene una tasa de desempleo del 12% y un 23% de las familias viven en condición de pobreza. El endeudamiento no resuelve esos problemas, sino que los empeora.
No podemos seguir por la ruta del endeudamiento. Lo correcto es pagar la deuda existente con los ingresos provenientes de un recorte el gasto público, del cierre de entidades públicas, de la privatización de las empresas públicas y de la reducción significativa de la planilla del sector público. La solución es la reducción del gasto público como porcentaje del Producto Interno Bruto (PIB).
Para hacer frente a los compromisos del 2023, el gobierno podría usar las Reservas Monetarias del Banco Central (BCCR) y reponerlas con los US$1 100 millones que recibió del préstamo del FLAR. En caso de existir algún impedimento legal, no veo problema alguno que el Poder Ejecutivo presente un proyecto de ley con las reformas pertinentes.
Para los compromisos del 2024 en adelante, que se financien ordenando la casa, recortando el gasto público o vendiendo empresas públicas tal y como expongo en mi artículo Democraticemos las empresas públicas.
¡No a los eurobonos! ¡Si a la reducción del gasto público como porcentaje del PIB!