No existe diferencia entre la pretensión del Consejo de Transporte Público (CTP) de bloquear las aplicaciones de Uber, In Driver y Didi y el bloqueo que hace la tiranía China en su país con las aplicaciones de Facebook, Signal y otras.
Nadie tiene por qué pedirle permiso al gobierno para trabajar. Si somos libres, el gobierno no tiene derecho a limitarle a nadie la libertad de escoger, la libertad de trabajar, ni la libertad de disponer de su capital como mejor le convenga. Es inmoral y corrupto que un gobierno limite la cantidad de personas que deseen abrir una pulpería, importar hidrocarburos, vender divisas o trasportar personas. Si un ser humano no está violando la libertad individual de un tercero, no hay razón alguna para que el gobierno meta sus narices. ¡Sepamos ser libres!
Las empresas que ofrecen transporte de personas por medio de aplicaciones tecnológicas están amparadas en la Constitución Política de la República de Costa Rica en el artículo 28 que dice: “Las acciones privadas que no dañen la moral o el orden públicos, o que no perjudiquen a tercero, están fuera de la acción de la ley”.
La solución no es bloquear a estas plataformas, sino liberar el servicio de taxis derogando las leyes 7.969 y 8.955. La solución es promover la libre competencia.