Por: José Joaquín Fernández.
Para el mundo hispano parlante, los términos liberal, libertario y liberal clásico significan exactamente lo mismo. Sin embargo, lo correcto es que en América Latina usemos solo el término liberalismo cuando hagamos referencia a la filosofía de la libertad individual.
Muchos consideran a John Locke como el padre del liberalismo. En sus orígenes en el siglo XVII, el liberalismo significó la filosofía de la defensa de la libertad individual. Sin embargo, en los EE.UU. sucedió un fenómeno curioso con el uso del término liberal. Desde finales del siglo XIX, y en particular después de 1930, el término liberal fue corrompido por los socialistas estadounidenses quienes se apropiaron del término. Es por tal razón que, en la actualidad, en los EE.UU., el término liberal se asocia con el socialismo.
El reconocido economista Joseph Schumpeter, en su obra History of Economic Analysis, habla sobre esta metamorfosis que sufrió el vocablo “liberal” en los EE.UU.: “los enemigos del sistema de empresa privada han pensado como sabio el apropiarse del término”.
Milton Friedman, en su libro Capitalism and Freedom, también habla sobre la transformación que sufrió el término “liberal” en los EE.UU. “A partir de finales del siglo XIX, y especialmente después de 1930 en los Estados Unidos, el término liberalismo pasó a asociarse con… bienestar e igualdad en lugar de libertad.”
Por su parte, Murray Rothbard, en su libro For a New Liberty, también menciona este cambio que sufrió el término liberal en los EEUU: “Los libertarios del laissez-faire habían sido conocidos durante mucho tiempo como ‘liberales’ …. La nueva generación de académicos e intelectuales estatistas se apropiaron de la palabra ‘liberal’ “.
Por lo tanto, los liberales en los EE.UU. se quedaron sin nombre en la década de 1930. Después de esa fecha y durante muchos años, los estadounidenses plantearon distintos términos para sustituirlo, pero ninguno gustó. Finalmente, Dean Russell, historiador y miembro del Foundation for Economic Education (FEE), plantea en su artículo Who is a Libertarian?, publicado en 1955, el término “libertario”. A partir de esta fecha en los EEUU el término “libertario” se usa en sustitución del término “liberal”.
Tengamos presente que cuando se introduce el término “libertario”, este ni suma ni resta nada al concepto liberal. No hay nada nuevo (neo) o distinto entre “libertario” o “liberal”. Como bien dijo Leonard Reed en marzo de 1962 en Elements of Libertarian Leadership: “El término libertario es usado porque no se ha encontrado nada mejor que sustituya a liberal, término que ha sido apropiado de manera exitosa por los autoritarios contemporáneos”.
Algunos estadounidenses, en vez de usar el vocablo “libertario” usan el concepto “liberal clásico” para referirse al liberalismo en su sentido original previo a su corrupción por los socialistas. Es decir, el término “liberalismo clásico” no significa que exista un liberalismo distinto al clásico o un “liberalismo moderno”.
En resumen, dado que en los EE.UU. los socialistas se apropiaron del término “liberal”, los estadounidenses lo sustituyeron con los términos “libertario” o “liberal clásico” donde ambos conceptos significan exactamente lo mismo.
Dado que en América Latina el vocablo “liberal” no ha sido secuestrado por sus enemigos, no tiene sentido alguno sustituirlo por el término “libertario” ni por “liberalismo clásico”. Usar otros vocablos como sustitutos de liberalismo en América Latina se presta a confusión.
Es más, podría considerarse el término “libertario” como un anglicismo de mal gusto. Sería como que los latinos, en vez de hablar de farmacias, habláramos de “droguerías” (En los EE.UU. se le llama “Drug Store” a las farmacias) o que en vez de responder con “De nada” cuando nos dan las “gracias”, respondiéramos con un: “Es Ud. bienvenido” (You’re welcome).
Es lamentable la complicación que tiene el estadounidense creyente en la libertad individual para autodenominarse con algún término. El latinoamericano no tiene por qué enredarse en mecates que no le pertenecen y que son ajenos a su historia. Es más sencillo, correcto y preciso llamarse liberal y punto.
