Consideraciones sobre el arroz y el libre comercio

Andrés Ignacio PozueloAndrés Pozuelo

Se está gestando en el mundo entero una crisis alimentaria sin precedentes. Pequeños cambios marginales a los programas e instituciones que tenemos no evitaran la crisis que nos espera. Es hora de anteponer la legítima soberanía del consumidor y descartar la ilegítima soberanía del productor.

El arroz y los frijoles, no es solo un plato tradicional apetecido por la mayoría de la población costarricense, sino que constituye la única fuente de todos los aminoácidos esenciales, minerales y calorías que son fácilmente accesibles por la población más pobre que; por su condición, no pueden consumir carnes o lácteos con frecuencia por ser productos protegidos y caros también.

Los frijoles por sí solos contienen todos los aminoácidos esenciales excepto la lisina, la cual, si está presente en abundancia en el arroz. Esto hace que, la mezcla de arroz y frijoles, sean un alimento básico que deber ser por fuerza lo más barato posible, sin importar, la condición económica de los productores o comerciantes.

Lo moral es, liberalizar, abriendo el mercado del arroz y de todos los alimentos por completo, para que sea la competencia abierta, la que regule los precios. No existe protección, subsidio, o privilegio estatal que no sea pagado en mayor grado por los más necesitados.

Los impuestos son una sustracción de riqueza, así que es imposible sacar a la gente de la pobreza con más impuestos. Siempre que se aumentan impuestos, el fin es el mismo: el sostenimiento de una clase que vive de impuestos, y que no saben vivir de otra forma.

Hay que eliminar aranceles, restricciones internas al comercio y subsidios de todo tipo. A la vez, hay que eliminar trabas para el registro de agroquímicos y otros insumos.