En total secreto la negociación del Tratado Pandémico en la OMS

Marco AlbertazziMarco Morales Albertazzi

Esta semana se realiza la 78ª Asamblea Mundial de la Salud en Ginebra, Suiza. El lema de la Asamblea de la Salud de este año es: Un mundo unido por la salud (aquí el problema es ¿cómo definen ellos salud? ¿Se refieren a mascarillas y vacunas u otros fármacos experimentales incluso genéticos? En todo caso, ¿tomarán en cuenta la libertad, los derechos y la autonomía de las personas?).

Los negociadores del Acuerdo Internacional para la Prevención, Preparación y Respuesta frente a Pandemias (conocido popularmente como “Tratado Pandémico”) han logrado pactar en la madrugada del miércoles 16 de abril de este año en Ginebra un texto definitivo que, de ser ratificado por los Estados miembros de la Organización Mundial de la Salud (OMS) esta semana en la Asamblea General de la Salud podría poner en riesgo la salud, la libertad, los derechos humanos y la soberanía de todos los países del mundo, aunque según Tedros, este acuerdo –que llega después de más de tres años de discusiones y 13 rondas de negociaciones, es menos ambicioso del previsto en la propuesta inicial, gracias al enorme rechazo general y popular que ha enfrentado a nivel mundial– supone un hito “histórico”.

La OMS, no ha hecho público ese “texto definitivo” y en nuestro caso, el gobierno de Costa Rica lo ha mantenido en secreto, pese a que el 10 de mayo presenté un Recurso de Amparo contra el Ejecutivo por no responder a la solicitud de información que realicé el 21 de abril.

Al día de hoy y a pesar de que la Sala IV le dio orden al Ministro de Presidencia de presentar un informe sobre esta solicitud de información, ni el jerarca, ni Rodrigo Chaves, ni el canciller, ni Munive (que ya está en Suiza) han contestado.

Algo que preocupa de este tratado y del silencio del gobierno es que en otras ocasiones cuando se han discutido (negociado) este tipo de acuerdos (como las enmiendas al Reglamento Sanitario Internacional, el Pacto del Futuro, la Declaración de Generaciones Futuras y el Pacto Digital Global), el Gobierno de la República ha indicado ante nuestras consultas que “el instrumento se trata de un borrador y que no hay un documento-borrador final definido”, por lo que no pueden suministrarlo para ser considerado por nosotros, los ciudadanos que finalmente somos afectados por los acuerdos que el gobierno toma en nuestro nombre; no obstante, cuando se llega a la Asamblea General de la Organización de Naciones Unidas, o a la Asamblea Mundial de la Salud de la Organización Mundial de la Salud, los delegados/representantes de Costa Rica ante esos órganos aprueban y aceptan estos textos en total secretismo y en minutos (porque claro, ellos ya tienen el borrador final) sin que nuestros representantes en la Asamblea Legislativa hayan revisado estos textos para hacer control de convencionalidad, constitucionalidad y sin que nosotros, el pueblo, sepamos siquiera qué es lo que están aprobando y aceptando, pese a que con antelación hemos pedido de manera formal y expresa que se nos brinden los textos de estos instrumentos, acuerdos, tratados, convenciones marco, declaraciones, etcétera; esto se puede apreciar en los oficios MS-RI-566-2024 del 10 de mayo del 2024, suscrito por Adriana Salazar González, Jefe de Relaciones Internacionales del Ministerio de Salud y DGPE-986-2024 del 17 de septiembre del 2024, suscrito por la embajadora Georgina Guillén Grillo, Directora General de Política Exterior.

Evidentemente, el no brindar la información solicitada, conculca nuestras garantías constitucionales consagradas en los artículos 11, 27 y 30 de nuestra Carta Magna y artículo 32 de la Ley de Jurisdicción Constitucional y el que no podamos conocer lo que se está negociando y acordando ante organismos internacionales claramente violenta los artículos 1, 7, 9 y 11 de nuestra Constitución Política, al no permitirnos como ciudadanos de una República democrática, ejercer el cogobierno con el Poder Judicial, Legislativo y Ejecutivo de forma popular, representativa, participativa, alternativa y responsable, con el consecuente compromiso de rendición de cuentas por parte de los funcionarios públicos y la debida evaluación de resultados por parte de los ciudadanos, como corresponde en un Estado de Derecho democrático.

Aun así, hoy, Tedros, el Secretario General de la OMS ha publicado un post en X indicando:

“Una velada verdaderamente histórica en la #WHA78: la resolución #PandemicAccord fue aprobada en la Comisión A con 124 votos a favor, 0 en contra y 11 abstenciones.

El paso final: su adopción en el plenario mañana por la mañana.

Agradezco una vez más a los Estados Miembros de la @OMS por su decisión de proteger la seguridad mundial.”

Es importante señalar que el año pasado –en la 77a Asamblea Mundial de la Salud–, el gobierno de Rodrigo Chaves aceptó las enmiendas al Reglamento Sanitario Internacional (RSI) que funcionan en conjunto con el Tratado Pandémico y que consisten en una vigilancia activa que permita la detección temprana de brotes epidemiológicos que puedan producir una pandemia (algo así como todos –humanos, ganado, mascotas, etc.– están enfermos y son propagadores –al menos potenciales– hasta que se demuestre lo contrario), se destinan fondos para que los países con menos recursos implementen el nuevo RSI (creando un Comité de Estados Partes –un organismo para promover coordinar, monitorear y cumplir con la implementación del RSI en los países– y un grupo de Autoridades Nacionales del RSI –para garantizar una comunicación efectiva con la OMS y la aplicación de medidas–), se revisan los requisitos para documentos sanitarios como carnets o certificados de vacunación adoptados a nuevas tecnologías y contextos, entre otros.

Las implicaciones de estos dos instrumentos no son poca cosa. Por una parte, es necesario recordar que con cada tratado, acuerdo, convención marco, etc. se hacen compromisos que de una u otra manera podrían afectar, e incluso reducir, nuestra soberanía nacional (aunque digan que no es así).

Por otra parte, los compromisos adoptados pueden ser nefastos (como la “dichosa” Agenda 2030) por el impacto que podrían tener sobre la sociedad costarricense, es decir –y para ponerlo en plata blanca–, afectarlo a usted uber, taxista, artista, médico, constructor, ganadero, agricultor, turista, estudiante, comerciante… si, a los costarricenses que no viven del Estado y que salen todos los días a “bretear” para ganar el sustento de sus familias.

El borrador del acuerdo, acordado preliminarmente en abril de 2025, incluye los siguientes puntos destacados:

❎ Sistema de Acceso y Reparto de Beneficios (PABS): Los países que compartan información sobre patógenos con potencial pandémico recibirán beneficios, como acceso a vacunas, tratamientos o diagnósticos desarrollados a partir de esos datos. La OMS gestionaría hasta un 20% de estos productos (10% como donación y 10% a precios asequibles) para distribuirlos a países necesitados.

Esto, lejos de prevenir una pandemia, podría ocasionarla, ya que tendríamos a más países realizando estudios en patógenos (como los estudios de ganancia de función que se hicieron en laboratorios con el SARS-CoV-2, supuestamente para evitar una pandemia y que terminó, por el contrario provocando una). Recordemos incluso, que el 5 de mayo de este año, el Presidente Donald Trump emitió un Decreto Ejecutivo prohibiendo los Estudios de Ganancia de Función, pero ¿y los demás países? ¿Y los laboratorios de las farmacéuticas? ¿Y organismos como la propia OMS?

❎ Transferencia de tecnología: Promueve la transferencia de conocimientos y tecnología a países en desarrollo para diversificar la producción de medicamentos y vacunas.

El tema es que no se nos garantizan medicamentos y vacunas verdaderamente SEGURAS Y EFECTIVAS. Lo de “seguros y efectivas” lo dicen en propaganda, pero ha quedado de manifiesto como prohibieron tratamientos efectivos seguros y efectivos (como la ivermetina, la hidroxicloroquina, la cloroquina, –y si, el dióxido de cloro aunque les arda a algunos que no quieren aún aceptarlo–) y nos engañaron con medicamentos, procedimientos y vacunas muy perjudiciales como el Remdesivir, la intubación (que le quemaba y explotaba los pulmones a los pacientes COVID) o las malditas y asesinas vacunas genéticas experimentales COVID (que nos dijeron que eran “efectivas y seguras”, no siendo ni lo uno ni lo otro.

❎ Red mundial de logística: Crea una cadena de suministro coordinada por la OMS para garantizar la distribución equitativa de recursos durante emergencias sanitarias.

“Coordinada por la OMS”… ¿lo hará de gratis? ¿O será un intermediario comercial como lo es la OPS por medio del Fondo Rotatorio? ¿Cuanto se ganará la OMS con esta nueva función? ¿Supone esto un conflicto de interés? ¡Por supuesto!

❎ Fuerza laboral de emergencia: Establece un equipo global multidisciplinario de personal sanitario que pueda desplegarse en crisis.

Y esto, ¿de manera impuesta? ¿Y financiada por quien? ¿Ese equipo global multidisciplinario de personal sanitario, a quien le responde? ¿Quien participa? ¿Será como los 35 “voluntarios abnegados y humanitarios” del Cuerpo de Paz que fueron en 1962 a Bolivia con la orden de esterilizar a la mayor cantidad de mujeres indígenas bolivianas (La Voz de Tarija, 2017) (Fundación Grupo UKAMAU, s. f.) (Geidel, 2010)? Digo, no confío en la mayoría de médicos costarricenses, mucho menos en los de afuera…

❎ Enfoque “Una sola salud”: Integra la salud humana, animal y ambiental para prevenir pandemias, reconociendo la interconexión de estos factores.

Con respecto de este enfoque de “Una Sola Salud” que envuelve la interacción e interrelación entre humanos, animales y medio ambiente, tuvimos en el 2024 varias ponencias sobre este tema como ésta con la Lic. Lorenia Trueba denominada ¿Qué es “OneHealth”, la política que la ONU está implementando por medio de sus organizaciones?, o ésta que presentaron la Dra. Karina Acevedo Whitehouse y el Dr. Patricio Villarroel en nuestro Congreso Internacional Médico-Científico y Jurídico Ciencia, Bioética y Derechos Humanos Más Allá del COVID-19, denominada “Implicaciones del Tratado Pandémico y las Enmiendas al RSI al Sector Agropecuario”.

❎ Financiación: Propone un mecanismo financiero para apoyar la preparación y respuesta en países de bajos ingresos, aunque los detalles sobre su implementación son aún debatidos.

Claro, pero… ¿quien pone la plata y a cambio de qué? Esto siempre es una pregunta que debemos hacernos. Tonto el que crea en las buenas intenciones de estos filántropos caritativos y humanitarios (como Bill Gates o George Soros) son buenas.

❎ Soberanía nacional: El tratado reafirma explícitamente que los Estados mantienen su derecho soberano para establecer políticas de salud pública. La OMS no tiene autoridad para imponer medidas como confinamientos, vacunaciones obligatorias o cierres de fronteras.

No obstante, del 2020 al 2022, aunque la OMS, la OPS, no impusieron los confinamientos, las vacunas, los carnets sanitarios si no que ésto fue impuesto por los gobiernos, sí, su campaña de miedo y “recomendaciones” (en conjunto con el infame Anthony Fauci, el corrupto Biden y sus muchos otros cómplices en los CDC y otras organizaciones) fueron tomados como sagrada palabra, sin evaluar los enormes conflictos de interés que había, las medidas liberticidas y anti-científicas y falta de sentido común, que violentaron a la humanidad. Así que, ya sabemos que no fueron necesarias las imposiciones desde la OMS, porque ya hay otros que sí fueron muy rápidos en creerse los dueños de la humanidad para decirnos como, según ellos, debíamos vivir (entre ellos Carlos Alvarado, Daniel Salas, Román Macaya).

De hecho, el 31 de marzo del 2021, la OMS publicó un aviso –aún activo– desaconsejando el uso de la Ivermectina en pacientes COVID-19 si no se trataba de ensayos clínicos, a pesar de los múltiples estudios que indicaban que este medicamento (usado en humanos desde 1987 y ganador de un Premio Nobel de Medicina en el 2015, incluido dentro del botiquín de medicamentos esenciales recomendado por la OMS, es decir, de larga data y de un altísimo perfil de seguridad) hubiera permitido salvar millones de vidas.

Una pregunta indispensable que debemos plantearnos es: ¿Podemos confiar en la OMS, una organización caracterizada por serios conflictos de interés por financiamientos de la Bill & Melinda Gates Foundation, CEPI, Gavi y múltiples farmacéuticas?

Otra pregunta necesaria es ¿debemos aceptar como país ciegamente lo que los negociadores hayan acordado como si ellos supieran qué es lo mejor para nosotros y nuestras familias y nuestros hijos?

Otra pregunta importante que debemos contestarnos es: ¿podremos confiar que el gobierno pondrá en primer lugar la salud, el bienestar, la vida, la libertad, la autonomía y la independencia de los costarricenses frente al intervencionismo de esta organización liberticida y de estos negociadores vendidos a las farmacéuticas y a organismos internacionales como GAVI, CEPI, Bill & Melinda Gates Foundation, entre otros?

Si usted piensa como yo, y es un amante de la libertad y defiende los derechos inalienables que nos pertenecen como seres humanos, la respuesta a esas preguntas es un Rotundo NO. No luego de lo que hemos vivido en los últimos 5 años con cierres, restricciones, imposiciones, abusos, vacunas genéticas experimentales, mentiras y engaños y un largo etcétera.

No, yo no necesito de un Tratado Pandémico para cuidar de mi salud, mucho menos cuando ellos han permitido que los intereses políticos y económicos pesen más en la toma de decisiones que la ciencia basada en la evidencia, el respeto por los derechos fundamentales, la bioética, la dignidad y las libertades individuales de los seres humanos. No, yo no confío en ellos, Mucho menos cuando pareciera que quieren matarnos o subyugarnos.