La transformación laboral en la era de la Inteligencia Artificial (IA)

Andrés Ignacio PozueloAndrés Pozuelo

Por Andrés Ignacio Pozuelo

Durante décadas, los socialistas se han quejado de que las empresas “explotan” a sus trabajadores, y bajo ese argumento impulsaron legislación que, en lugar de proteger al trabajador, encareció y rigidizó el empleo: salarios mínimos, cargas sociales, y una maraña de regulaciones que ahogan la contratación.

Pero ahora la inteligencia artificial promete resolver ese dilema de raíz: reemplazando a millones de empleados que antes eran considerados indispensables.

La IA no se va a ir. Es una revolución tan profunda como la máquina de vapor o Internet. La única salida real ante el desempleo tecnológico no es más regulación, sino menos. Se requiere liberar completamente el contrato laboral para permitir que las personas se reinventen, que pasen de ser asalariados dependientes a creadores independientes, capaces de aprovechar las nuevas herramientas.

Lo mismo ocurre con la educación. El sistema público estandarizado -otra invención del pensamiento socialista- ha llegado a su límite. Pretender que todos aprendan lo mismo al mismo ritmo es absurdo en una era donde el conocimiento se actualiza a diario. Los jóvenes deben dejar de ser sometidos a una educación pasiva y uniforme, y pasar a una formación basada en la creatividad, la experimentación y el dominio tecnológico.

La nueva economía no necesita más burócratas ni obreros de escritorio: necesita mentes libres, capaces de aprender, adaptarse y crear valor por sí mismas.