El mundialmente reconocido Jim Rohn enseñaba sobre la “Inevitabilidad”. Decía el Sr. Rohn que, “la inevitabilidad se manifiesta cuando se está a 200 pies de la caída de las Cataratas del Niagara en un pequeño bote sin motor y sin remos”. Pero… ¿qué pasaría si río arriba a los tripulantes de esta pequeña embarcación se les hubiera advertido que, de mantener su curso, se dirigían a un inevitable desenlace? Bueno, quizá, hubieran tenido tiempo de ir hacia la orilla o de no avanzar tanto hacia el punto de lo inevitable.
Con esta historia en mente, durante los últimos tres años, he estado “río arriba” tratando de alertar “a todo pulmón” de los riesgos inevitables a los que como país nos exponemos de seguir la ruta equivocada que del gobierno han dictado.
He hablado sobre tratamientos profilácticos y terapéuticos verdaderamente efectivos y seguros para el COVID-191 –que, por supuesto, nunca incluyeron las sustancias génicas experimentales llamadas vacunas COVID-19–, que hubiera permitido enfrentar este virus de la manera correcta, sin conculcar las libertades individuales, las garantías constitucionales y los derechos humanos de los habitantes de Costa Rica, sin sacrificar más la marchita economía que ya teníamos, sin producir la ola de lamentables suicidios que ante el temor y la desesperación se desató.
Asimismo, advertí sobre los riesgos asociados a las vacunas ARNm COVID-19 siendo que ningún fármaco se desarrolla en 6 meses, puesto que en este tiempo, no se pueden medir los efectos de su aplicación a mediano y largo plazo dado que a la fecha (2 años y medio después de haberse empezado a aplicar) no existe ni un solo estudio que hubiera investigado el potencial de genotoxicidad (daño al genoma), carcinogenicidad (inducción de cáncer) de mutagenicidad (que pueda inducir mutaciones) y de teratogenicidad potencial (que ocasione daño en el feto de las madres embarazadas o que altere el esperma o los óvulos de adultos de edad reproductiva), así como tampoco una medición efectiva, clara, transparente, pública sobre los efectos secundarios asociados a estas sustancias y que solo se han conocido conforme la gente las fue recibiendo de manera coaccionada y obligatoria contra su libertad y dignidad humana, como condicionante para participar en el día a día de la sociedad.
Hoy, lamentablemente, debo estar una vez más, río arriba, alertando sobre una amenaza que se cierne sobre Costa Rica –y el mundo– desde la Organización Mundial de la Salud.
Esta corrupta y controvertida organización2 3, con ocasión de la decretada Pandemia del COVID-19, ha propuesto4 5 una serie de enmiendas6 al Reglamento Sanitario Internacional (RSI) (2005), en inglés International Health Regulations (IHR), el cual fue oficializado en el 2007 en Costa Rica por medio del Decreto Ejecutivo No. Nº 340387 haciéndolo jurídicamente vinculante, así como un Tratado o Acuerdo Sobre Pandemias (OMS CA+), los cuales se complementan entre sí.
Según lo señala el Consejo Mundial Para La Salud (World Council For Health, WCH)8 9, de aprobarse por los Estados Miembros de la OMS, la Asamblea Mundial de la Salud sometería a votación en mayo del 2024, las enmiendas al RSI las cuales aumentarían de manera monumental los poderes de la OMS y de su Director General y el “Tratado Pandémico”, como también se le conoce, crearía una nueva burocracia supranacional de altísimo costo e impondría una normativa que debe ser seguida por los países en el campo de la salud pública mundial.
Estos se presentan como instrumentos para aumentar la colaboración internacional, el intercambio eficaz de información y la equidad en caso de que se dé otra crisis sanitaria mundial, lo que por supuesto nos parecería muy bueno. Sin embargo, al leer los documentos asociados a estas propuestas la realidad es otra, dado que podrían –por el contrario– convertirse en instrumentos que permitirían sustituir la colaboración internacional por órdenes centralizadas, fomentar la represión de quienes disienten con éstas y legalizar un grupo de empresas u organizaciones público-privadas que impongan, por ejemplo, a partir de intereses económicos, productos sanitarios a la población, sin que estos necesariamente tengan que ser seguros, eficaces y necesarios.
Las enmiendas al RSI brindan un marco legal para que la OMS disponga de manera totalitaria sobre aspectos relacionados con la salud pública mundial en tiempos de crisis reales y potenciales. Dicho poder sería ejercido por unos pocos y poderosos que son los que financian la OMS. Estos, entre otras acciones:
- Cambiarían la naturaleza de las recomendaciones temporales y permanentes mencionadas en los artículos 15 y 16 que pueden emitir la OMS y su Director General, que pasarían de ser recomendaciones no vinculantes a ser de aplicación obligatoria por los Estados y legalmente vinculantes. El propio Comité de Revisión del Reglamento Sanitario Internacional de la OMS (CRRSI) señala en su informe10 sobre la propuesta de un nuevo artículo 13ª que “esta propuesta […] convierte en obligatorias las recomendaciones temporales y permanentes contempladas en los artículos 15 y 16”. Respecto al párrafo 7 del citado artículo, el Comité de la OMS continúa diciendo que “estas propuestas otorgan efectivamente a la OMS la autoridad para dar instrucciones a los Estados”. En cuanto a una enmienda sugerida al artículo 42, el CRRSI explica igualmente que “la enmienda propuesta para incluir una referencia a las recomendaciones temporales y permanentes parece hacer obligatoria la aplicación de estas recomendaciones”.
- Ampliarían significativamente los poderes del Director General, que por cierto, es electo en un proceso no democrático y turbio. Por ejemplo, la enmienda al Artículo 15 permitiría a quien ocupe el cargo de Director General de la OMS emitir recomendaciones no sólo durante una emergencia de salud pública de importancia internacional (ESPII) declarada por él, sino en todas las situaciones que considere que potencialmente pueden llegar a convertirse en una ESPII.Una adición al Artículo 42 establece que las medidas de la OMS, tales como las recomendaciones formuladas por el Director General, no sólo “serán iniciadas y completadas sin demora por todos los Estados miembros”, sino que “los Estados miembros también adoptarán medidas para asegurar que los agentes no estatales que operan en sus respectivos territorios cumplan con tales medidas”.
- El artículo 18 del RSI incluye una lista no exhaustiva de medidas relativas a las personas que la OMS puede recomendar aplicar a los Estados miembros. Esta lista incluye, entre otras medidas, exigir exámenes médicos, revisar las pruebas de los exámenes médicos y los análisis de laboratorio, exigir la y revisar las pruebas de vacunación u otro tipo de profilaxis, poner a las personas bajo observación de salud pública, aplicar cuarentenas u otras medidas sanitarias y aplicar aislamientos o tratamientos.
- Supone un riesgo para la Salud Pública Mundial, toda vez que permite y apoya las investigaciones de ganancia de función de patógenos, que cómo vimos con el SARS-CoV-2, tuvo una repercusión global.
- El borrador del tratado/acuerdo sobre pandemias “anima” a todos los Estados miembros –lo que incluye a los democráticos, autoritarios y dictatoriales– a identificar perfiles de lo que la OMS o los Estados miembros perciben como desinformación y a atajar la información y las opiniones que se desvían de la línea oficial. El CRRSI de la OMS sugiere incluso que la OMS podría tener la obligación de “verificar la información procedente de fuentes distintas de los Estados miembros” (OMS 2023: 21). Además, afirma que los derechos humanos fundamentales, como la libertad de expresión y la libertad de prensa, deben equilibrarse con lo que la OMS y los gobiernos consideran información cierta en cada momento, lo cual es sumamente peligroso y antidemocrático. Justo lo contrario de lo que deberíamos hacer, por medio de un robusto debate médico-científico que permita contratar la evidencia y las política públicas, tal y como lo hemos aprendido con el COVID.
Todo esto ha llevado a que el Eurodiputado Mislabel Kolakusic11 advirtiera públicamente en la 3era Edición de la Cumbre Internacional del COVID (International COVID Summit)12 que “se avecina un peligro para la humanidad” con respecto de las enmiendas al RSI y al Tratado Pandémico que la OMS quiere que los Estados Miembros ratifiquen y que entregaría la autoridad plenipotenciaria a dicha organización para declarar una pandemia, administrar vacunas o fármacos. El Sr. Kolakusic dice que “sería más saludable y seguro para la humanidad firmar un acuerdo con un cartel de droga colombiano” y agrega que la “OMS debería ser declarada una organización terrorista”.
Incluso, el 5 de junio de este año, la Comisión Europea y la OMS, anunciaron que la OMS asumirá el sistema de certificación digital COVID-19 (GreenPass) de la Unión Europea para “establecer un sistema global que ayudará a facilitar la movilidad global y proteger a los ciudadanos de todo el mundo de las amenazas actuales y futuras para la salud”, es decir, un sistema de vigilancia ampliado con certificados sanitarios (preferiblemente digitales) y formularios de localización para garantizar el máximo cumplimiento de las directivas centralizadas.
Muchísimas personas e importantes organizaciones en el mundo13 14 15 16 17 que estamos a favor de la ciencia basada en evidencia, que amamos la libertad y que defendemos la dignidad de la vida humana, estamos hoy río arriba, alertando a todo pulmón, sobre este Golpe de Estado Global que podría ser el precursor de un Gobierno Mundial y sobre las consecuencias para la humanidad si no cambiamos este rumbo y recomendándoles investigar sobre este fundamental tema que pone en riesgo la soberanía de nuestras naciones (incluida Costa Rica) y la libertad de nuestros pueblos (incluido, por supuesto, el nuestro).
Solo espero que alguien quiera escuchar y esté dispuesto a defender Costa Rica.

El autor es el Coordinador General de Defendamos Costa Rica y el Movimiento Por La Salud Y La Libertad– contacto@movlibertadcr.com
Fuentes:
1) https://movlibertadcr.com/wp-content/uploads/2022/08/LINKS_Informe_Me%CC%81dico_Cienti%CC%81fico_Y_Legal_Del_Movimiento_Por_La-actualizado.pdf, pág 22
2) https://childrenshealthdefense.org/defender/infertility-a-diabolical-agenda-chd-wakefield-documentary-who-vaccines-global-population-cola/
3) https://childrenshealthdefense.org/defender/trustwho-documentary-who-corruption-funding-bill-gates/
5) https://apps.who.int/gb/wgihr/pdf_files/wgihr2/A_WGIHR2_Reference_document-sp.pdf
6) https://apps.who.int/gb/ebwha/pdf_files/EB150-REC1/B150_REC1-sp.pdf#page=31
8) World Council For Health. (Mayo, 2003). Rechazar el Poder Monopolístico Sobre La Salud Pública Mundial – Sobre las enmiendas propuestas al RSI (2005) y el acuerdo de la OMS sobre pandemias.
10) https://apps.who.int/gb/wgihr/pdf_files/wgihr2/A_WGIHR2_5-en.pdf
11) https://rumble.com/v2mofew-international-covid-summit-3-press-conference.html, 9m35s.
12) https://rumble.com/c/c-3005860
14) https://childrenshealthdefense.org/?s=pandemic+treaty
15) https://childrenshealthdefense.org/?s=amendments+international+health+regulations

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