El pasado 6 de noviembre el Gobierno de Costa Rica colocó la segunda emisión de eurobonos por un monto de US$1.500 millones a un rendimiento muy alto de 7,75% con vencimiento al 2054.
Seguir endeudando al país no es comprarse ninguna bronca. Eso es lo que han hecho todos los gobiernos del PLN, del PUSC y del PAC. La evidencia demuestra, además, que fue mentira que los eurobonos sustituirían deuda cara por barata porque las tasas en dólares de las nuevas emisiones son mayores que las tasas en dólares de las emisiones viejas. No podremos salir del tercer mundo si continuamos la ruta del endeudamiento para alimentar a un Estado excesivamente obeso.
Comprarse la bronca es reducir el gasto público y la planilla del sector público. Comprarse la bronca es cumplir la promesa de campaña y acabar con las pensiones con cargo al presupuesto que consumirán el 9,5% del presupuesto del 2024 y representarán el 2,4% del PIB. Comprarse la bronca es acabar con todos los regímenes de pensiones de reparto y sustituirlos por regímenes de cuentas individuales.
Comprarse la bronca es acabar con el Fondo Especial para la Educación Superior (FEES) y que este se sustituya con el aumento de costo de la matrícula de las universidades públicas.
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Comprarse la bronca es cerrar muchas de las 333 entidades públicas que tenemos en exceso como el ICT, Ifam, CNP, Inamu, Infocoop, Mideplan, Incop, Japdeva, Defensoría de los Habitantes, Micitt, Inder, Comex, el BCCR, etc. No necesitamos más endeudamiento sino cerrar instituciones que no cumplen función social alguna.
Luego de 18 meses en el poder, es claro que no hay voluntad por parte del presidente Chaves para reducir el gasto ni la piñata fiscal.
Lo peor es que a pesar de los niveles de endeudamiento sin precedente que ha recibido este gobierno, no hay dinero para reparar carreteras, el gobierno detiene la construcción de hospitales, crece la deuda del gobierno con la CCSS, no se atienden las más de mil cuatrocientos órdenes sanitarias que tienen escuelas y colegios por el deterioro de sus instalaciones, y muchas obras de infraestructura se paralizaron o se postergaron. Sin embargo, el gasto público sigue creciendo. ¿A dónde se va tanto dinero que ingresa por el endeudamiento en eurobonos, con el FMI, el Banco Mundial, el BCIE, el Flar, etc.?
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Continuar la ruta del endeudamiento es una opción cobarde para quienes no desean enfrentarse a la burocracia parasitaria y privilegiada. Continuar la ruta del endeudamiento es la opción de los vividores que desean seguir explotando al sector productivo.