Crear las condiciones para un Estado gigante y depredador es fácil, y eso fue lo que hicieron “seudo reformistas” como el Dr. Rafael Ángel Calderón Guardia y José Figueres Ferrer. Las cargas que le estaremos heredando a nuestros hijos y nietos son enormes. Las próximas generaciones tendrán que trabajar el doble, pero con mucho menos bienestar para mantener a una clase adulta mayor creciente, sin ahorros acumulados y para pagar deudas enormes por muchos años.
Pero, además, con un sistema educativo estatizado – realmente mediocre – sujeto a huelgas y paros, estos jóvenes no poseerán el conocimiento tácito necesario para poder salir adelante.
No es de extrañarse que los jóvenes, hoy en día, busquen en el Estado la solución de todos los problemas, dado que, sus padres y abuelos, fueron los responsables de crear un Estado gigante a base de endeudamiento, que les ha servido para mantener una economía utilitaria para ellos, sin pensar en las futuras generaciones.
Convencer a estos jóvenes de que existe un futuro prometedor a base de trabajo en los mercados y que los adultos no los vamos a estorbar, va a requerir de un cambio estructural y un sacrificio enorme por parte de todos los adultos que nos hemos beneficiado de esta economía depredadora por tantos años.
Pero esto no se logrará, si los jóvenes no despiertan y comienzan a exigir una reducción del Estado depredador. Deshacer ese Estado es lo difícil y lo increíble es que aún estamos lejos de lograrlo después de tantos años.