Sobre la empresa, la política y el Estado

Andrés Ignacio PozueloAndrés Pozuelo

La empresa y la política son antagónicas por definición. La empresa organiza recursos en los mercados para generar valor, mientras que el Estado consume recursos destruyendo valor.

Es necesario poner fin a una cultura empresarial que ha existido en Costa Rica que toma por un hecho que, la influencia política directa es parte de una buena gestión empresarial.

Pero, aunque, los empresarios deben de promover el análisis intelectual de políticas públicas – por medio de foros de profesionales intelectuales y políticos – nunca se debe mezclar empresa con política.

Nunca ha sido más importante la división entre la función del empresario, la función del profesional intelectual, y la función del político.

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Entre políticos y empresarios debe de existir siempre una barrera de desconfianza continua y muy rara vez, compartir pan en la misma mesa.

Pero es triste que, estemos en la era en que los políticos son más respetados que los empresarios; en la era en que la palabra de un empresario que arriesga su capital es menos escuchada que las naderías de un político que arriesga el capital de todos los demás; en la era inexcusable del empresario que sabe que urge agregar valor a sus productos y debe pedirle permiso a un burócrata, experto precisamente en destruir valor. Estamos en la triste era, en que los empresarios ya no se ven a la cara, porque muchos se han vuelto los chivos de los mismos políticos.

La diferencia entre lo privado y lo público, es que, lo privado depende de transacciones voluntarias, mientras que lo público vive de la coerción. Sin el esfuerzo creativo de los empresarios, los que viven de impuestos, se morirían de hambre.

Con esto en mente, es desconcertante que los que viven de impuestos, busquen destruir la iniciativa empresarial, cuando es su propia fuente de ingresos.